José Felix Ribas

José Felix Ribas murió a la edad de 39 años, eran tiempos difíciles y su actividad no aseguraba una larga vida, pero de no haber sido delatado, cuantos años más habría vivido, pues dicen que lo aquejaba una fuerte enfermedad y por eso el día de su muerte estaba débil debido a fiebres y malestares.


La muerte inesperada

Luego de la Batalla de Urica José Félix decide huir para salvarse de la reacción de los realistas ante la muerte de su General. Ribas  se enteró que en  Barquisimeto estaba el general Rafael Urdaneta con un buen número de efectivos militares y que se encontraba fortalecido, así que tomó la decisión de dirigirse hasta allá con la idea de conseguir elementos de tropas y seguir peleando, y después de haber recorrido un largo camino llega a un sitio cercano a un poblado llamado Jácome, a unos 20 kilómetros de Valle de la Pascua, estado Aragua, allí decide enviar a Concepción González a buscar provisiones. 

Según los relatos, este hombre en el poblado se encuentra con algunos parientes suyos y le cuenta los acontecimientos y con quien está viajando, a lo que sus familiares responden que lo que está haciendo es muy peligroso y que si lo llegan a atrapar en compañía del general Ribas sería hombre muerto. Este argumento preocupa al esclavo y lo hace pensar, así cree tener la la posibilidad de obtener una buena recompensa monetaria si denuncia al héroe de la Batalla de la Victoria, es de esta forma que José Félix Ribas es apresado en el sitio donde se encontraba resguardado esperando al esclavo, el sobrino y su criado fueron asesinados en el lugar, debido a la petición del prócer, este es capturado:
"Ribas pide le lleven ante un general español y es trasladado hasta el poblado de Tucupido, estado Guárico, donde un teniente de apellido Barrojola, que conoce de la valentía y carácter indómito del general Ribas, ordena su muerte inmediata por considerarlo sumamente peligroso. El cuerpo del general José Félix Ribas es despedazado y cada brazo con su respectiva mano es colgada en árboles que bordean el camino real, de igual manera sus miembros inferiores. Su cabeza frita en aceite es enviada a Caracas a donde llega el 14 de marzo de 1.815 y es exhibida en la plaza mayor durante dos semanas." 
Un traidor convertido en confidente del ejército realista

El traidor Concepción González según relatos de la época se convierte en confidente de los realistas y logra sobrevivir de esta manera hasta los tiempos de la Guerra Federal, andaba por los alrededores y cuando tenía una información, inmediatamente se las comunicaba a las tropas del ejército realista.

En una inspección realizada por los soldados de Ezequiel Zamora en la ciudad de Barinas, en 1.861, es apresado el esclavo. Zamora sabía de las andanzas de este traidor y una vez que lo tuvo ante él le dijo:
“Ah, Concepción González, ya vamos a arreglar la cuenta que tienes pendiente por lo del general Ribas” 
Así ordena que se ahorque allí mismo en la rama un robusto Samán que había en el patio de la vivienda que era utilizada como cuartel general. 

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